Coincidiendo con la festividad de Todos los Santos, la cripta de la basílica del Pilar abre sus puertas durante dos únicos días, el 1 y 2 de noviembre.
Situada bajo la capilla de la Virgen, para acceder a ella es necesario levantar las grandes planchas cuadrangulares de bronce situadas bajo las bombas expuestas. Bajando las suntuosas escaleras de mármol negro se llega a la cripta, inaugurada el 12 de octubre de 1764 y restaurada en 1994.
El más ilustre habitante de los nichos de mármol negro es el héroe de los Sitios, el general Palafox, aunque tardó más de 100 años en llegar a su última morada. El primer lugar de descanso eterno de Palafox fue la basílica de Atocha de Madrid, donde murió en febrero de 1847. Allí permaneció durante años, hasta que en 1958 sus restos fueron trasladados al panteón del Pilar entre el fervor popular y honores militares. La entrada es libre.